Fernando Puche (Madrid, 1966) es un experimentado fotógrafo que ha dedicado los últimos años a analizar el papel de la fotografía de naturaleza dentro del ámbito artístico y de la propia sociedad. Desde el año 2000 expone, tanto individual como colectivamente, a lo largo y ancho de la geografía española. Igualmente, ha participado en varias muestras en el extranjero (Rusia, Argentina, Estados Unidos).
Sus imágenes y artículos han aparecido frecuentemente en publicaciones de renombre como FV, La Fotografía Actual, Iris, Contrastes, Arte y Naturaleza, Film Und Foto, la revista escandinava Camera Natura o las estadounidenses Black & White Magazine y Focus. Además de haber dado conferencias tanto en festivales de fotografía como a diversos colectivos fotográficos, también ha impartido numerosos talleres y cursos sobre su especialidad.
En la actualidad tiene nueve libros publicados: Fotografía y naturaleza: más allá de la luz (2003), El Paisaje Interior (2005), Un Viaje Imaginario (2007), Crónicas de un fotógrafo desconfiado (2009), Así trabaja el fotógrafo Fernando Puche (2009), Diario de un fotógrafo amateur (2012), Una historia verdadera (2014), Barayo (2015) y Algún día tú también harás un viaje parecido (2018).
Parte del trabajo de Fernando Puche ha estado representado por la galería Espacio Foto (Madrid) y en 2009 sus obras fueron expuestas en la Mountain Light Gallery de Bishop (California, USA)
SOBRE MI OBRA
Lo visible es fácil de fotografiar. Es eso que pensamos que todos pueden percibir. Sin embargo, en fotografía lo visible también es subjetivo. Con mis fotografías intento enfrentar lo visible con lo que imaginó mi mente y cuestionar no solo esa estética realista tan presente en la fotografía de paisajes, sino también los propios límites de la representación paisajística. Al fin y al cabo, fotografiar paisajes es una búsqueda. La búsqueda de algo que no necesariamente ha de estar presente en el lugar que se ha elegido fotografiar.
El paisaje no es un lugar; es un punto de vista. Cada persona ve uno diferente aunque miremos en la misma dirección. Fotografiar lo que puede ver todo el mundo no es difícil, lo complicado es captar algo que solo tú has sido capaz de percibir. Nuestro trabajo ha de tener algo personal. Ahí está la clave: preguntarse antes de salir, soñar antes de fotografiar.
Precisamente porque me embarqué en esa búsqueda de paisajes que no pudiese ver, que no estuviesen necesariamente delante de mis ojos, decidí volver a visitar algunos de mis enclaves favoritos para realizar imágenes un poco más abstractas y menos obvias. Sí, los paisajes están ahí; todo el mundo puede verlos. Sin embargo, un fotógrafo debería ir más allá de las apariencias. Sigo pensando que cada fotografía debería ser una invitación para conseguir nuevas maneras de imaginar y percibir el mundo.